Ramón, el hombre y Punto Final

2021 ha sido declarado año de Ramón López Velarde por dos motivos, conmemorar el centésimo aniversario luctuoso del poeta y celebrar la publicación de su obra más conocida, “La Suave Patria”.

En la capital de la república, Zacatecas y por supuesto en Jerez se han preparado eventos para recordar al bardo y revivir su obra, pese a la crisis sanitaria económica algo se cocina.

Los esfuerzos son notables y loables, pero me llama la atención que al conmemorarse el deceso del bardo, prácticamente nadie hable o escriba sobre su muerte.

La versión oficial sustentada por el certificado que expidió el doctor Pedro de Alba, amigo de Ramón y la familia, indica que falleció por bronconeumonía.

Sin embargo, existen francos indicios de que pudo haber fallecido por sífilis o por una bronconeumonía que se agravó por la enfermedad venérea.

José Gorostiza fue tal vez el primero en mencionar o insinuar que la muerte del jerezano se debía a causas que desafiaban el pudor de la época.

José Emilio Pacheco sutilmente retomó las causas y sutilmente las describía al pedir entrar “a revisar las sábanas” de López Velarde.

Pero, sin duda fue Guillermo Sheridan, el que sin miedo y con el pudor de sombra, el que abiertamente ha dicho que “es posible, que no probable” que Ramón haya fallecido de sífilis, en su gran novela biográfica “un corazón adicto: la vida de Ramón López Velarde”, lo manifiesta.

De manera delicada pero directa, lanza la hipótesis del padecimiento sexual, a partir de testimonios sobre la afición lupanar del jerezano.

Sheridan recopila pistas e interpreta la aflicción de López Velarde por sus males íntimos a partir de textos como “la flor punitiva”, “meditación en la alameda”, “el candil”, “Ánima adoratriz” y muchos otros.

Las pistas del bardo son elegantes, llenas de eufemismos, a veces con sofismas, pero a la vez claras declaratorias del permanente duelo entre el dogma y deseo carnal del jerezano.

En medio de las conmemoraciones resulta fascinante seguir las huellas que Ramón, el hombre dejó. Son un reto a la imaginación y al intelecto.

Punto Final

Humanizar a Ramón López Velarde, es también una forma de homenajearlo, tras el genio de la métrica y alegorías, existió un hombre, pensarlo más humano lo acerca a la realidad, lo hace más nuestro, menos deidad.

torrescorpus@hotmail.com

Imagen, Zacatecas, Zac. catorce de abril 2021.

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El próximo 31 de marzo se cumplen 100 años del nacimiento de Octavio Paz Solorzano; los homenajes y alabanzas han proliferado y seguramente aumentarán a lo largo de 2014.

Siempre es grato se recuerden los atributos intelectuales y sensuales de un hombre como Paz, su forma de concebir la estética del ensayo y la poesía son referente de la literatura modernista Iberoamericana.

Sin embargo es injusto que las conmemoraciones y homenajes a Octavio Paz se centren casi exclusivamente en su obra literaria.

Insisto, Paz es un titán de las palabras, pero su acción como liberal y socialdemócrata abonaron en mucho a la libertad y pluralidad que hoy gozamos y poco valoramos.

Octavio Paz fue en su juventud un convencido del comunismo teórico y de la Revolución mexicana, pero paulatinamente fue abandonando ese fervor comunista – bélico, para ubicarse dentro de una izquierda liberal que en su tiempo y aún hoy sigue siendo incomprendida.

En 1967 siendo Embajador en la India inició públicamente ese rompimiento con el comunismo y el ideal de la revolución mexicana que lo llevaron a renunciar al cargo en 1968 por la masacre de Tlatelolco y los excesos del gobierno mexicano.

A partir de entonces inició casi en solitario una lucha ideológica contra el corporativismo del gobierno nacionalista y el obcecado dogmatismo de la izquierda.

La intelectualidad mexicana e instituciones afines al gobierno relegaron a Paz de todo evento y le acotaron sus esfuerzos editoriales al restringirle materiales o amenazando sutilmente a sus colaboradores.

La izquierda dogmática fue más allá y no sólo lo marginó sino que aprovechaba cada ocasión para mentarle la madre o quemar efigies de Paz.

Pero lejos de disminuirse Paz siguió madurando y respondía a los dogmaticos de izquierda con poesía hermosa y vanguardista; a los corporativistas del gobierno les contestaba con lúcidos ensayos.

Y a ambos les daba muestra de tolerancia y civilidad al invitarlos a platicar, a debatir sobre sus orígenes, presente, futuro, miedos o perspectivas.

Desafortunadamente los encuentros fueron escasos por el ego y cerrazón de los dogmáticos y corporativistas.

Posiblemente la carga ideológica de la guerra fría tenía tan calientes las mentes de los intelectuales y gobernantes que les sorprendió el “socialismo libertario” y tolerancia de Paz; entonces no había memes pero si anónimos y Octavio nunca se escondió para debatir, nunca rehuyó a verter frontalmente sus ideas por más polémicas que fueran.

Sólo ahora al paso del tiempo muchos han entendido que Paz nunca abandonó sus ideas socialistas ni su espíritu liberal, lo que Paz siempre buscó fue tender un puente entre ambos, asunto que fue de avanzada para su tiempo y que en buena forma lo sigue siendo.

Enrique Krauze bien lo definió al llamarlo: socialista libertario.

Paz no era sólo poesía, su congruencia y valentía merecen estelares en los homenajes.

Punto Final

No se ha comprendido el carácter y obligación social de la oposición, ser oposición no significa atacar en y por todo al gobierno; menos desaparecer ante la derrota.

Es desde la oposición donde se deben tender los puentes de entendimiento entre los agentes del poder o representación social.

 Pablo Torres Corpus

torrescorpus@hotmail.com (Imagen, Zacatecas; El Alacrán, Jerez; El Eco del Cañón, Tlaltenango)

Al cabo acabó

Al fin y al cabo te amaré
como se aman los hechizos
de los cuerpos flotantes
                          advenedizos.

 

Y se me evapora el alma
en cada parpadeo y azote;
Y sólo decaerá
                   al último brote.

 

Al fin y al cabo
sólo somos un cumulo de historias simbolismos y fracasos
que no se resignan al pan y al vino de otros tristes brazos.

                                                                     

                                                                           Al fin y al cabo.           

                                                                           Al fin ya acabó.    

                                                                                Al fin acabo.                                                                               

PABLO TORRES CORPUS

 

                                                                       

 

Tiempos y latidos

No es un abismo esta diferencia de edades ,
es el principio de un puente que podría vencer tempestades.

Tu luz no me reflejara años ni días
sólo tu maravilloso mundo y divina compañía.

Porque el tiempo es la medida de los que perdieron el sueño
y no han encontrado para su corazón definitivo dueño.

Y mi reloj de cabecera se apagará
porque ahora, mi vida en latidos por ti se contará

Y latido a latido serás mi medida hasta el último suspiro.

Pablo Torres Corpus