Las Campañas Negativas y Punto Final

Para los candidatos y colaboradores, en política solo existen dos tipos de campañas las positivas o de propuestas y las negativas donde se acusa y se opaca la imagen de los adversarios.

Para ellos solo son buenas las campañas propositivas y solo son malas las negativas.

Sin embargo desde hace varios años John Geer y Carlos Rodríguez Arechavaleta expertos en campañas han diferenciado las campañas en:

Positivas, basadas en promesas y razones para votar por los candidatos, están firmadas y se conoce o identifica al emisor o patrocinador.

Negativas, donde los mensajes de los candidatos esta basados en ataques hacia otros partidos o persona, que están firmadas y se conoce o identifica al emisor o patrocinador, y.

Difamatorias, son anónimas y difunden información carente de sustento o sesgada para difamar a una persona o partido.

En base a esta conceptualización podemos establecer que las campañas positivas no son del todo buenas, ya que son más propicias para mentir, ya que se promete todo y de todo para obtener votos, aunque lo prometido sea inalcanzable.

Otro “negrito” de las campañas “propositivas” es que mitifican al candidato inventándole  o exagerándole sus virtudes, vida personal y profesional convirtiéndolo en una deidad, libre de mancha, pecado o yerro.

En el mejor de los escenarios un candidato que solo prometa cosas realizables y previamente estudiadas se convierte en un candidato aburrido y altamente tecnificado de difícil simpatía y acceso para la mayoría.

Aunque sea políticamente incorrecto decirlo las campañas negras son buenas para la democracia, ya que solo así conocemos las facetas o episodios negativos de los candidatos.

Sí un aspirante fue delincuente confeso o se le probó su relación en algún delito intencional, los electores deben saberlo, no tiene porque permanecer oculto en alguien que aspira a gobernar.

Sin las campañas negativas no habríamos sabido de Bejarano, de los hijastros de Fox, de las transas de Montiel.

En sentido estricto las campaña negativas señalan hechos verídicos, comprobados y/o comprobables, tienen un mensaje y un emisor claro, con nombre y apellido.

Así los señalados la posibilidad de defenderse por la misma vía, de explicar porqué o cómo ocurrió algo así. La efectividad de la defensa es otro asunto.

Particularmente creo que las campañas difamatorias son las únicas graves y que atentan contra la democracia y vida personal de los candidatos.

Paradójicamente estas son las que pululan gracias a la reforma electoral de 2007 que prohibió que los candidatos señalaran actos o características negativas de sus contrincantes, aunque fueran ciertos, esto convirtió a internet y su anonimato en el sitio perfecto para atacar sin probar.

Aunque el mejor caldo de cultivo para las campañas difamatoria y lo negativo de las positivas y “negativas” es el desinterés, la desinformación y sobre todo el apasionamiento de los electores.

PUNTO FINAL

Un abrazo al Maestro Marco Antonio Campos, ganador del Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde.

PABLO TORRES CORPUS
torrescorpus@hotmail.com

(Imagen, Zacatecas 16 junio 2010)